#ElPerúQueQueremos

Es chévere caminar de madrugada

Publicado: 2010-07-27

Hace algunos días, estando ya de vacaciones luego de una extenuante semana de finales y un tono universitario lleno de terror y excesos en Villa, estaba en incursión urbana por Lince, cruzando con uno de mis mejores amigos calles ubicadas estratégicamente para refugiar alcohólicos abandonados en su miseria, proxenetas armados y prostitutas presumiblemente madres de familia. Nos dirigimos rumbo a Lycky’s, una pollería que abre las 24 horas de día (inédito!). Curiosamente, me había provocado un salchipapas a las 2:30 de la madrugada en algún lugar medianamente abrigado.

En el camino a la pollería iba contándole a Oswaldo sobre alguna flaquita que me estaba gileando y sobre lo predecibles que pueden llegar a ser hoy en día las chicas de nuestra generación. Misma forma de hablar y de vestir, mismas frases para cada situación, mismos gustos musicales, mismos planes de fines de semana, etc. Las sorpresas quedaron relegadas a la idealización que nosotros podamos hacer de ellas. “Broder, en verdad son tan predecibles que me pasa de vueltas casi saber lo que me van a responder y el cómo lo van a hacer jaja”.

Algo de lo que también estoy harto es de escuchar explicaciones a mi palta del tipo de “es la sociedad capitalista que te lleva a la homogenización cultural”. Tal vez sea así, pero es un argumento tan promiscuo que su valor relativo se ha deteriorado en forma considerable. Alternativamente, Oswaldo me dio una explicación más interesante. Estas chicas están sumergidas en un ambiente lleno de prejuicios y caretas. Determinados diseños y marcas de ropa, así como actitudes y forma de expresarse implican códigos que le dan sentido de pertenencia a algo que, al menos superficialmente, pueda llenar sus vidas y darles el status que buscan. Si pierden ese sustento, ese piso.. el mundo se les viene abajo.

Como no quiero que las feministas se me tiren encima con insultos y calificaciones cojudas, debo advertir que la explicación descrita en el párrafo anterior es perfectamente aplicable para los hombres.

¿Y si nos comportamos más libremente, sin restricciones de conducta y formas? Alguien tiene que empezar a hacerlo. Yo, por ejemplo, ahora hablo al estilo de los autores del barroco tardío y tejo mi ropa a mano (eso es mentira).

P.D.: Por si acaso, este no es el post de un despechado jajaja..

Rodrigo Velit

Estudiante de Econmía - UP

Grupo Convergencia


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